El deber lo es todo, ya que demuestra, en el individuo, el haber adquirido la capacidad del
desarrollo ético y moral que es característico de nuestra especie en el sentido de poseer la
facultad de abstraer a un nivel elevado el don de nuestra conciencia.
Para el ser moral (que es diferente al ser "moralista", ya que la mayoría de los moralistas son
inmorales), el deber es un concepto arraigado en la esencia de su ser.
El deber para con uno deriva del altruismo que como padres y como objetos humanos debemos
haber adquirido en el proceso de nuestro desarrollo.
El padre y la madre buenos saben manejar sus miedos, sus iras, su amor y el deber hacia su
progenie.
Un padre bueno, no manipula, abandona, maltrata, denigra o tira sus hijos a la calle...
Un buen padre inculca el agradecimiento, educa y edifica... Eso es, si sabe cómo hacerlo.
Ahí está el secreto...