Porque amar así al Dios Altísimo no es un mandato más, sino la esencia misma de la vida abundante para la cual fuimos creados
¡Oh maravilloso amor! Que el Rey eterno, infinito en poder y majestad, desee ardientemente ser amado por Sus criaturas finitas y pecaminosas
La respuesta es sí, por cuanto el mismo Dios nos ha capacitado para amar con todo nuestro ser