"X-Xa-Xavier", exhalé. "Por favor, para..." Jadeé, abriendo los ojos de golpe, pero Xavier siguió lamiendo y besando mi hombro y cuello.
¿Qué pasa si su lobo está ganando control o están luchando por el dominio, y estoy siendo asaltado por besos que amenazan con convertirse en un mordisco en el cuello, llevándome a una fuerza total de vínculo de apareamiento?
De repente, los besos cesaron y él me miró a los ojos. "¿Estás bien? ¿Me duele?" Preguntó, acariciando con la punta de su dedo mis mejillas, eliminando las lágrimas que nunca me di cuenta que estaban allí. Sacudí la cabeza, "¿qué pasa?"
"Es sólo que um..." Aprieto el labio, "Nunca tuve... um sexo". Murmuré la última sílaba y me sonrojé, alejándome. Me sentí aprensivo acerca de este problema cada vez que aparecía en mi cabeza.
Lo escuché reír mientras se apoyaba en su codo, "¿Hablas en serio?" Asentí, mordiéndome el labio, casi haciéndome sangre. "¿Entonces soy tu primero?" Una sonrisa apareció en su rostro.
"¿Qué?" Susurré.
"No puedo creer que a una bella dama como tú nunca le hayan pedido una cita", me besó en la cabeza. "Es algo espléndido de saber."
"¿Cómo es algo espléndido?" Se inclinó y acarició mis labios desde mi cuello hasta mi oreja.
"Eso significa que soy tu primer amor y el primero y el último en todo", mordisqueó el lóbulo de mi oreja nuevamente. "Quiero que te duches", dijo mientras saltaba de la cama y se dirigía hacia su armario.
"¿Por qué?" Mis cejas se arrugaron, lo que me hizo sentar.
"Porque pasas todo el día conmigo... tu pareja." Él sonrió mientras salía, abotonándose la camisa, "Lleva tu sexy culo virgen a la ducha antes que yo". Él sonrió y un sofoco me cubrió la cara mientras intentaba esconderme con la colcha de la cama. Miré a un lado y escuché a Xavier reír: "Haré que alguien te traiga un vestido para nuestra cita". Antes de que pudiera discutir, Xavier se fue.
Oh por Dios. Tendré mi primera cita con mi pareja... ¡el Rey Alfa!