Nunca se puede sobreestimar el papel de la mujer en la educación y el bienestar de los hombres en nuestro mundo.
María de Nazaret, la madre de Jesús, debido a su extraordinaria vida, se convirtió en un modelo femenino para todas las generaciones de mujeres venideras.
El modelo representado por María como mujer, madre y esposa muestra claramente lo específico de la personalidad femenina y afirma la singularidad del don de la feminidad.
Su pureza, gracia santificante y dedicación a Dios le dieron la fuerza que necesitaba para apoyar en todo momento la misión de su hijo Jesucristo.
Ella es un ejemplo vivo y una poderosa protectora contra las ilusiones de Satanás y los peligros de este mundo.