NOVELA DE AJEDREZ--LA NOVELA DE DON SANDALIO, JUGADOR DE AJEDREZ

Un tributo literario al ajedrez: Zweig y Unamuno en un mismo tablero
En esta edición especial, dos joyas de la literatura universal convergen en un diálogo inédito sobre la pasión, el ingenio y el enigma del ajedrez. Ambas novelas ofrecen una experiencia única a los lectores más exigentes. Por un lado, Novela de ajedrez de Stefan Zweig, escrita en los últimos días de su exilio en 1941, es una obra maestra del relato psicológico. Está ambientada en un barco que cruza el Atlántico, y Zweig teje con su inconfundible estilo, elegante y profundo, una historia de obsesión y resistencia intelectual frente a la barbarie. La partida de ajedrez (que protagonizan un campeón mundial frío y calculador, y un aficionado atormentado por su pasado) deviene en un fascinante duelo entre la razón y la locura.
Por otro lado, La novela de Don Sandalio, jugador de ajedrez, publicada en 1930, representa la esencia misma del genio de Miguel de Unamuno. En esta obra única, colmada de simbolismo y existencialismo, Miguel de Unamuno medita sobre la soledad, la amistad y el misterio de las pasiones humanas. Don Sandalio, un enigmático jugador de ajedrez, encarna una figura tan elusiva como inquietante, que desconcierta tanto al narrador como al lector.
Como complemento a estas dos novelas, esta edición presenta una colección de microcuentos inspirados en el ajedrez, escritos con un tono moderno y reflexivo; cada relato breve es una pequeña joya literaria que amplía los horizontes simbólicos del juego, explorando a la vez la estrategia y la poesía oculta en cada movimiento.
Así, este libro está dirigido a aquellos amantes del ajedrez y de la literatura que buscan no solo historias, sino una experiencia intelectual y estética que expanda su imaginación y comprensión del mundo. Aquí, el tablero de ajedrez se convierte en un espacio de reflexión universal, un puente entre culturas, épocas y estilos narrativos, en los que recordamos -al final- que el ajedrez no es solo un juego, sino una metáfora de la vida misma.
-El-Quijote-Literario