Un escritor bloqueado —y con un extraño magnetismo para los problemas— se lanza en una absurda odisea hacia un pueblo de muertos vivientes en la espera de encontrar la fuente de su inspiración. En este primer volumen de Temporada con los muertos, Fernando Ángel Lara construyó un relato frenético salpicado de sexo geriátrico, drogas baratas, rocanrol y zombis a la mexicana.
Se muestra la dentadura para poner dentro del vaso con pulpa, dejándola nadar en un mar de borrachera.
—Dime, jovenchito —habló con voz tenue and desdentada mientras ponemos su mano en mi espalada— ¿Chabes de las ventajas de las chimuelas?
Este libro forma parte de la colección El gran cronopio. Páginas en la versión física: 220.